Un proceso de transformación digital real aplicado a cualquier compañía del sector salud supone experiencias optimizadas para pacientes, médicos, personal hospitalario y las propias organizaciones. Y este salto hacia lo digital viene de la mano de la firma electrónica, óptima en la gestión de consentimientos informados pero también en otras gestiones del día a día complicadas, no lo olvidemos, por la pandemia del Covid-19.
Algunos de estos beneficios se pueden resumir en cuatro grandes bloques:
Gestión de documentos
Consentimientos informados, contratos con empleados, autorizaciones para pacientes, acuerdos con proveedores… Todos ellos firmados digitalmente de manera rápida, segura y trazable.
User experience
Coherencia multidispositivo y omnicanal en un entorno de telemedicina que incluye multitud de datos y necesidad de clarificación y fácil comprensión. Esto supone más tiempo para los médicos y más confianza en los pacientes.
Eficiencia
Ahorro de costes, rapidez y minimización de errores gracias a la introducción de procesos automatizados seguros y solventes.
Seguridad
La firma electrónica se desarrolla en un entorno cifrado y confidencial, que sujeta el intercambio y almacenamiento de datos sensibles con total confianza para todas las partes.