Dice un informe de la compañía de estudios de mercado Chadwick Martin Bailey (CMB) que un 20% de las personas que escaneamos un código QR compramos después de hacerlo. Y en el mismo análisis se ha concluido que el 70% de las personas pensamos que el uso de este elemento es realmente sencillo. De hecho, la mitad de los propietarios de un smartphone han utilizado esta funcionalidad.
Democratización de los códigos QR a raíz del Covid-19
Los profesionales de CMB han hecho un estudio a partir de 1.200 encuestas. Si pensamos hacia atrás hasta el comienzo de la pandemia, en vez de llamar a estas personas los investigadores podían haberse acercado las terrazas de los bares de cualquier ciudad.
Los códigos QR se han democratizado con el Covid-19. Todo tipo de usuarios, da igual edad, nivel de estudios o “tecnificación”, hemos sacado el móvil para escanear un QR en una mesa y acceder a la carta digitalizada del establecimiento. De hecho, incluso ha sonado una frase de forma repetitiva para los menos habituados: “es como si fueras a hacer una foto, pero cuando enfoque, el móvil te ofrecerá un enlace”.
Multicanalidad: del soporte físico al digital
Nos hemos acostumbrado y hemos incorporado este elemento a nuestras vidas. QR, por cierto, son siglas que significan “quick response”, respuesta rápida. La facilidad de uso está presente desde su invención, allá por 1994. El ejemplo de las cartas ilustra muy bien una de las principales aplicaciones prácticas de los códigos QR: la multicanalidad. O más concretamente, el paso de canales físicos a digitales con beneficios tanto para empresas como para los usuarios.
Lo que los clientes se encontrarán será una transición fluida desde un soporte físico a uno digital y multidispositivo. Y esto es una oportunidad para una experiencia de usuario atractiva. Y si la empresa que lo propone utiliza las herramientas adecuadas, ese paso podría ser genérico o incluso personalizado. Por ejemplo, el acceso, previa identificación, a información pormenorizada de sus posiciones a partir de un extracto bancario. O a una posibilidad de upselling solo para él desde una factura de suministro o la renovación de una póliza de seguro.
Eficacia del código QR
Para una compañía, las ventajas van mucho más allá. Para empezar, por innovación y diseño, un código QR siempre llama la atención en un formato físico. Y facilita su comunicación con los clientes, como manera de ofrecer información rápida y con pocas posibilidades de error: un código, un escaneo, una web. Se trata de una manera eficiente para informar de promociones (por impacto y ahorro de costes), poner en marcha acciones de fidelización o lanzar campañas para captar y mejorar el dato digital de sus clientes.
También se ha demostrado su eficacia. La tasa de conversión del código QR es muy alta, así como el impacto que provoca en el usuario y su interacción. En este punto se puede hablar igualmente de la frecuencia de envío de comunicaciones, mayor y menos intrusivas, y de su rápida implementación. La reducción del time to market de campañas y acciones es siempre una buena noticia.