Tecnología blockchain en el sector asegurador
El sector asegurador, que ya ha puesto en marcha su proceso de Transformación Digital, e incluso ha incorporado departamentos de Innovación y Digital en sus organigramas, todavía no ha implantado en muchos casos herramientas como blockchain, capaz de conseguir grandes resultados con respecto a tres de sus grandes retos: transparencia, flexibilidad y prevención del fraude.
Blockchain funciona como una gran cadena de bloques que agiliza las transacciones y reduce los costes operativos y administrativos derivados. Además, al tratarse de una “red” en la que se comparte la información entre las partes que intervienen en la transacción, es más fácil detectar posibles falsificaciones gracias a la ‘tokenización’ de los documentos y al registro de cada una de las transacciones en este “libro de contabilidad distribuida”.
Aplicaciones de uso del blockchain.
Aunque todavía no esté implementado completamente en el sector asegurador, los expertos aseguran que se irá aplicando poco a poco en diferentes aspectos o actividades de la industria aseguradora, como pueden ser los pagos, la gestión de reclamaciones o la generación de contratos inteligentes. El informe de Markets and Markets refuerza esta afirmación cuando asegura que el mercado de esta tecnología alcanzará los 1.393,8 millones de dólares en el sector asegurador en 2023.
Como hemos comentado antes, una de las principales aplicaciones de blockchain en el sector asegurador son los Smart Contracts. En nuestro anterior post sobre esta tecnología ya explicábamos en qué consistían los contratos inteligentes. Partiendo de la naturaleza autónoma del software en el que se basan, podemos decir que se trata de un contrato que se genera de forma automática gracias a blockchain, que a su vez funciona como intermediario descentralizado entre las partes, en este caso, entre la aseguradora y el cliente. De este modo, el contrato, controlado por la empresa de seguros, se ejecuta automáticamente cuando se cumplen las condiciones estipuladas por la aseguradora, gracias a un código informático, siendo capaz más tarde, por ejemplo, de realizar pagos inmediatos en caso de indemnizaciones.
En el caso de la industria aseguradora, los Smart Contracts pueden ir más allá, mejorando la experiencia del cliente. Por ejemplo, si el cliente quisiera disponer de varios presupuestos antes de decidirse por una aseguradora u otra, sería tan sencillo como compartir su historial de siniestros, de forma anónima, con las diferentes compañías. La información llega a cada aseguradora, y cada una de ellas envía a su vez un contrato inteligente. El cliente selecciona el que más le interese, siendo automática la contratación. Tras la verificación de la identidad del cliente, el pago se realiza de forma inmediata y el cliente recibe su justificante y su certificado en el momento, pudiendo disfrutar del seguro desde el minuto uno. Esto es todavía más eficiente cuando hablamos de nuevos productos dentro de la industria aseguradora, como pueden ser los seguros por días o la póliza con modalidad de pago por uso.
La misma rapidez que con los seguros de coche se puede conseguir con los seguros de salud, que tienen una particularidad que a veces limita la agilidad de su contratación: la confidencialidad de los datos médicos. El problema surge con el intercambio de información entre los diferentes actores: clientes, pacientes, hospitales y aseguradoras. Blockchain nos permite disponer de un historial clínico único que se puede compartir, por supuesto, siempre con el consentimiento del cliente, garantizando la seguridad de dicha información en todo momento, por ejemplo, a través de marcas de tiempo.
Las ventajas de su uso en el sector asegurador.
Si hay algo positivo para el cliente es que dispone de su propia identidad digital soberana en esta red, a través de la que tendrá un mayor control de su información, gracias también a la ‘tokenización’ de los datos que conforman su identidad digital.
Esta tecnología será también de gran importancia para gestiones tan frecuentes como las reclamaciones, que normalmente se convierten en procesos demasiado largos y tediosos para el cliente. La información estaría accesible de una forma inmediata y la identidad, como hemos comentado, se podría comprobar al momento. Además, en el proceso final de la reclamación, blockchain ayuda especialmente para conseguir una mejor experiencia de cliente, ya que los pagos ante las reclamaciones se puedan realizar en tiempo real.
La rapidez, la reducción de costes operativos y administrativos y la mejor disponibilidad de la información permitirán a las aseguradoras focalizarse en productos más personalizados, y así desarrollar soluciones para cada tipo de cliente y para cada situación. Incluso en el futuro puede que sea su propia identidad digital la que se encargue de contratar un seguro, por ejemplo, en modalidad de pago por uso, cuando el cliente necesite realizar un viaje puntual, automatizando y abaratando mucho más el proceso.
En definitiva, el futuro de las compañías dependerá no solo del blockchain, sino de la capacidad que tengan para adaptarse a las nuevas necesidades del cliente. Blockchain, Inteligencia Artificial o Internet de las Cosas no son más que herramientas para crear un modelo de negocio que sea flexible y se adelante a lo que el cliente necesite o le pueda ocurrir, para mejorar su experiencia y reducir los costes de la empresa.